Vocabulario de la vida femenina by Martha Robles

autor:Martha Robles [Robles, Martha]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Ediciones B
publicado: 2018-09-20T22:00:00+00:00

Joder. Copular, practicar el coito, coger. Follar. Molestar, fastidiar, insistir en necedades. Causar fastidio a alguien, irritar a los demás.

Jodida. En México: jodienda: una jornada muy latosa. Cogida, mancillada, amolada, violada, maltratada. Mujer en desgracia, humillada, desgraciada. Jodido(a): amolado, sin dinero, fastidiado, fregado. Participio pasivo de joder que funciona como sustantivo femenino.

Joven. De poca edad, tierno y en general adolescente. Para fines demográficos, sociales y clínicos, persona cuya edad y condición está entre la pubertad y la madurez; según la ONU, entre los 15 y los 24. Chaval(a), chavo(a), muchacho(a), chico(a), casadero(a), doncella (en caso de soltería).

Joya. Alhaja, gema, presea, aderezo. Adorno sobre todo personal elaborado con materiales finos, principalmente metales o piedras preciosas. Aderezo, alfiler, prendedor, gargantilla, pulsera, collar, anillo, corona, diadema, guardapelo, relicario, broche, cabestrillo, arete, argolla, aro, arcada, arracada, cadena, etc. La joya se ha valorado, desde la remota antigüedad, como un adorno precioso, refinado y brillante de origen mineral. Cada cultura y cada tradición le ha dado una significación simbólica diferente, según Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, Diccionario de los simbolos. La materia que la constituye ha sido más importante que el propio objeto, por eso se acude a los artículos de cristal, diamante, esmeralda, jade, oro, perla, piedras, etc. Pero la joya no consiste solamente de la piedra preciosa en su estado natural: “es la piedra trabajada y montada, es la obra del joyero y del orfebre, así como de la persona que la encarga o elige. Es entonces cuando se realiza la alianza del alma, del conocimiento y de la energía, y que la alhaja acaba por simbolizar a la persona que la lleva y la sociedad que la aprecia. Toda la evolución personal y colectiva interviene pues en cada época, en la interpretación particular de las joyas”.

Símbolo de estatus, de prestigio social, de riqueza, buen gusto, bonanza y refinamiento en ciertos casos, la pertenencia y uso de joyas era privilegio de reyes, nobles y personas muy ricas. Objeto simbólico, original y exclusivo, la gente común —hombres y mujeres— ha ido adquiriendo joyas al paso de los siglos y en la medida en que la clase media se ensancha y crecen las oportunidades económicas a favor de la movilidad social. La costumbre indica que a la mujer se la conquista con joyas; en cierta forma, es cierto, aunque no basta un brillante o una esmeralda para aceptar, amar y tolerar a otra persona. Sin embargo, casi todas las casaderas son obsequiadas con una o dos joyas que pasarán a formar parte de la tradición y la transmisión familiar: el anillo de compromiso y, con suerte, un collar, unos pendientes y alguna pulsera.

Juerga. Jolgorio, jarana, diversión prolongada, fiesta, regodeo. A todos les gusta la juerga, el jaleo, la diversión, “irse de copas”, el barullo con los “compadres” y la parranda. Decían las abuelas que la parranda estaba bien “mientras quedara en eso”; el problema es que casi nadie se corre una sin “irse de copas y picos pardos”. Así comienzan las complicaciones conyugales, ya

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